Aeromodelismo: Volar con alas propias

Tener el gusto de pilotear un avión bombardero B-17 de la Segunda Guerra Mundial y tener los mismos conocimientos que un piloto, aunque no se esté en una cabina real, solo lo permite el aeromodelismo: actividad deportiva que fusiona la ciencia y leyes de aeronáutica con la creatividad y la concentración.

Por Stephanie Arrieta

Más allá de ser un hobby, el aeromodelismo está avalado como un deporte porque tiene carácter de competencia. Aunque no requiere esfuerzos físicos, necesita cierto nivel de agilidad mental, se fundamenta en una estrategia y una táctica de la misma manera que disciplinas como el fútbol y el rugby.

Lavinio Napolitano, presidente del Club de Aeromodelismo Dédalo

Lavinio Napolitano, presidente del Club de Aeromodelismo Dédalo

Lavinio Napolitano, aeromodelista desde hace 26 años y lo será -según dice- hasta que le “caigan encima las palas de tierra”, define la actividad como “una ciencia, una manera distinta de crear y recrear, una pasión que redunda en la disciplina y el compromiso”.

Arduo trabajo para volar

Un aeromodelista desarrolla la destreza de construir de manera minuciosa modelos escala a imagen y semejanza de uno verdadero con materiales como madera balsa, contraenchapados, carbono, fibra de vidrio, piezas eléctricas, repuestos de motores, hélices, equipos de transmisión o recepción y accesorios varios.

Las faenas de quienes arman sus propios aviones suelen ser extensas, por lo que se requiere de tiempo y paciencia para que el producto final tenga el peso exacto que le permita surcar los cielos y cumplir con las normas de competencia establecidas por cada club o asociación.

De todo el arduo trabajo, no se puede pasar por debajo de la mesa el mecánico ya que este tiene que ser exacto, debido a que los aviones se activan por la acción de motores y el combustible, que resulta de mezclar metanol, aceite de ricino y nitrometanol.

Volar desde la tierra

Con su avión y kit de ensamblaje, Lavinio Napolitano va casi todos los fines de semana de Caracas a San Antonio de Los Altos, estado Miranda, localidad donde se ubica la pista del Club de Aeromodelismo Dédalo, organización deportiva sin fines de lucro creada hace más de 30 años.

Para Lavinio Napolitano el aeromodelista es una persona “comprometida y feliz”

Para Lavinio Napolitano el aeromodelista es una persona “comprometida y feliz”

Cada vez que Napolitano vuela alguno de sus 9 aviones, lo primero que hace es un engranaje de piezas, revisión de alas, llenado del tanque de combustible y revisión de las partes eléctricas y mecánicas. En términos generales,  verifica que todo esté “al pelo”.

Una vez el avión está en el aire, el piloto no le quita la mirada y hace piruetas desde la tierra con sus manos puestas en el radio control, buscando lograr hacer movimientos lo más similares posibles a una aeronave real.

¿Pilotos frustrados?

El aeromodelista mira su avión desde la pista y cumple con normas específicas que son también parte de la aeronáutica destinadas a evitar la accidentalidad. Por ello, estas buscan resguardar la seguridad no sólo de lo que vuelan los modelos, sino también de quienes los rodean.

Hay aeromodelistas que también son pilotos o viceversa, mientras existen personas que ven la disciplina como el semillero de los aviadores. Sin embargo, hay quienes consideran que practicar el aeromodelismo es consecuencia de ser “piloto frustrado”.

“Esto no aplica en mi caso. Paradójicamente le tengo algo de temor a los aviones reales, pero hay personas que lo admiten. Por otro lado, las estadísticas indican que la gran mayoría de los aeromodelistas no sienten inclinación hacia los aviones de verdad”, dice Lavinio Napolitano, quien incursionó en el deporte por casualidad.

Aeromodelista: Curioso de nacimiento

Para Napolitano su curiosidad innata lo llevó al aeromodelismo. “Un día caminaba por la calle Unión de Sabana Grande y al pasar frente a una tienda llamada Casa Hobbies vi un pequeño avión con un motorcito extraño. Sentí curiosidad, entré, pregunté y hoy estoy aquí”.

Por ello, no cree que exista un baremo para ser aeromodelista. “En estos 26 años he visto variadísimos motivos para practicar este deporte, pero si tuviera que buscar un denominador común pensaría en la curiosidad en principio y luego en las sensaciones que produce la práctica”, comenta.

Como en toda disciplina el aeromodelismo cumple con un objetivo, según expone Lavinio Napolitano: “Es la construcción, puesta a punto, desarrollo y uso de las maquetas que se convierten en aeromodelos”, mientras que su meta “es el logro de algo que la mente a través del raciocinio te ayuda, pero cuando se es aeromodelista se entiende y lo mejor, se disfruta”.

Los pilotos deben cumplir con normas desde seguridad al momento de volar su modelo.

Los pilotos deben cumplir con normas desde seguridad al momento de volar su modelo.

Principales clubes de aeromodelismo en Venezuela

En la actualidad en Venezuela hay cerca de mil aeromodelistas pertenecientes a diferentes asociaciones como el Club de Aeromodelismo Dédalo, Club Pilotos de Merecure, Club de Aeromodelismo Fénix, Asociación de Planeadores Las Águilas, Asociación Aragueña de Aeromodelismo, Escuadrón 21, Grupo El Libertador, Grupo Base Sucre, Club Carabobeño de Aeromodelismo, Calabozo RC y Club de Aeromodelismo Barcelona.

A ellos se suman el Club de Radio Control Punta de Mata, AeroBarbacoa, Club de Aeromodelismo Cumaná, Asociación Guayanesa de Aeromodelismo, Asociación Emeritense de Aeromodelismo, Grupo de Aeromodelismo San Cristóbal, Amigos del Aire de Maracaibo, Aeroclub Alas del Lago, Aeroclub Alas de Oro, Aeromodelistas de Barinas, Club de Aeromodelismo Guanare RC, Grupo de Aeromodelismo de Portuguesa, Asociación Larense de Aeromodelismo, Guaros RC, Asociación Yaracuyana de Aeromodelismo, Club de Aeromodelismo Valera RC, Club Aeroheli Icaro RC y Pista Prado Verde.

Para ver más fotos visite la galería: Aeromodelismo en Venezuela >> http://bit.ly/1sawoy0

 

 

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